.

.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Cuando el silencio aterra

¿Qué pasa cuando gasto el repuesto? Cuando las cicatrices empiezan a pesarme y dejan de enseñarme, ¿como se crece en esos momentos? El calor del alcohol en la garganta sería un buen remedio para no pensar.
Mi corazón me pide a gritos vacaciones porque se ha cansado de luchar por imposibles tan ridículos como latir. Ya pensabas que hablaba del amor ¿eh? Eso no son más que pájaros que no vuelan por miedo, todo está en mi cabeza. Mi cerebro también necesita descansar y olvidarse de pensar en idioteces. ¿Qué más da como amanezca mañana? No puedo permitirme perder ni un minuto de esta noche.
Hoy hace frío y tengo la sensación de que esto durará siempre. Sé que lo peor está por venir y que cuando noviembre me ataque no habrá ropa que me haga entrar en calor, pero este frío se ha instalado y me ha dejado claro que, ya puede ser agosto, que no se irá. Solía morderme la lengua mientras trenzaba los mechones de pelo que nacen en la nuca porque tenía la sensación de que podría ser eterna porque estaba en una posición perfecta, pero todo se dió la vueta y acabé haciendo el pino cabeza abajo; y yo nunca he sabido hacer el pino. Me balanceé hata caer y desde abajo todo crecía; ahí comprendí lo que era la fama y me prometí que nunca miraría a nadie por encima del hombro. Solía soñar con caer desde precipicios y volar con alas de papel hasta que visioné el fuego y se quemaron. No pude volver a soñar con volar y empecé a guardar calor en mi cuerpo, calor que suelto en cada roce. 'Sé que el fuego puede porque todo lo derrite'. Derrite tu coraza y deja que lea en ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario