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viernes, 13 de junio de 2014

Mrs everything

No lo entiendes. Nadie lo entiende. Intentais enamorarla con regalos de oro y está ya hasta las tetas de poetas de bragueta y ascensor que persiguen lo mismo. Le hablais de amor como si fuera un ideal, y ella odia enamorarse, creedme, es mi amiga, lo sé mejor que nadie. Aquí casi nadie la ha visto ser ella misma sin disfraces ni plastas en la cara, porque es un tesoro, un cofre al que hay que abrir con sumo cuidado. Es ella, única e intocable, frágil y difusa, con límites borrosamente definidos. Contorneada y marcada, más pura que la luna. Más puta que la luna. Blanca, como una figura alabable, hecha de principios cosidos bien fuerte a la piel.