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domingo, 24 de junio de 2012

Toniiiiiiiight, we are yooooooooooouuuung (8)

Tengo que decir que me encanta esta sensación. Nadie me asegura que mañana no me vaya a pasar otra putada, ni cuando será la siguiente. Pero es que prefiero no pensarlo. No es un día bueno, tampoco una época en la que estás en "la parte alta de la montaña rusa". Es más bien empezar a quererme un poco, y valorarme. Lo justo, para no tener el ego subido, pero lo suficiente como para saber que soy más fuerte que todo lo que me ha hecho llorar. Más fuerte que él y sus miradas. Para mi es suficiente. Que sonrío solo con pensar en él, pero no es una sonrisa de "Ay, como me gusta", es una sonrisa de "Joder, en vaya una gilipollas me has convertido, subnormal" y pensar seguidamente un "y que ciega me has tenido, julay". Me siento hasta productiva, como que nunca volveré a estar como aquel fin de semana en el que tan mal lo pasé. Te he vencido. Bueno, más bien he vencido a tus fantasmas.

Siempre será mi heroína.

"Lo segundo es que si has conseguido hablarle y hacer como si nada, te mereces más que un premio. Mereces mucho más que todos los premios que ya merecías por haberme sonreído, a mi y a los demás, a pesar de todo lo que pasaba por tu mente sobre él."
-AAG-

viernes, 22 de junio de 2012

Querido príncipe:

Arrodíllate. Clava una rodilla en el suelo y dobla la otra. Agacha la cabeza y deja que se te caiga la corona, o te la quitaré yo misma. Ya no eres un príncipe, quedas desheredado y oficialmente exiliado. Te prohíbo volver a entrar, y como castigo, entregarás tu caballo. Devuelve tus pertenencias a palacio, dirígete a la torre central, recoge tus cosas personales y entrega tu armamento, tu armadura de metal bueno que la familia real te regaló como presente por tus victorias, tu montura y las herraduras de tu caballo. Has de entregar también los trajes de cuero y piel, y todos tus sirvientes comprados en estas tierras te serán arrebatados. Devuelve tu espada, tu escudo y tus cuchillos. Quedas expulsado de las asociaciones reales, perdiendo todo privilegio sobre cualquier campesino, volviendo a poseer el deber de pagar impuestos y de trabajar por un sustento. Pierdes tu título de señor de latifundio, de señor de hogar y de milor de tus esclavos. Todo habitante del reino que te ofrezca alimento o asilo, o cualquier tipo de servicio que mejore tus condiciones de vida será condenado; y tú quedas en busca y captura en el área de este territorio. Los soldados que guardan la seguridad de las murallas estarán, a partir de hoy, avisados sobre tu situación, y recibirás una flecha directa en el corazón su osas volver a acercarte si quiera a los límites de estas tierras.

No quiero volver a pensar en ti, ya no eres mi príncipe. Me siento orgullosa de mi por todo lo que he logrado, y nunca volveré a dejar que me mates. Ya tengo la bandera que me asegura que por muchas veces que caiga, nunca volveré al inicio del juego. Este nivel lo gano yo. Quedas expulsado de mi mente, busca asilo en otras tierras, muy lejanas de mis pensamientos y no intentes si quiera volver a entrar, o creo que he dejado bastante claro lo que te pasará.

jueves, 21 de junio de 2012

Beauty Queen.


Asi funciona el tema.

La cosa no va de ser fuerte. Va de parecerlo y creertelo, para llegar a serlo algún día. De sonrisas vacías va todo. Y de palabras con un tono normal, con sentido gramatical. De risas forzadas y tonos de indiferencia. La cosa va de eso mientras te estás muriendo por dentro, mientras tus ganas de abrazarle están a punto de ganarte, mientras lloras por dentro y no tienes ganas ni de hablarle. El tema va de cruzártelo y sacar cojones para darle dos besos y hablarle mirándole a los ojos mientras sonríes y hablas como si nada te importara, como si ya no te importara nada. Como si no le hicieras tropecientas visitas diarias.
Y así, detalle tras detalle todo sigue su curso. Porque, realmente, la cosa va de ser tan buen mentiroso como para engañarte a ti mismo pareciendo fuerte hasta que llegues a serlo.



miércoles, 20 de junio de 2012

Gracias.

Gracias por los recuerdos. Gracias por las risas, las sonrisas en momentos de rabia y tristeza, por las peleas,  las discusiones y los piques. Por los juegos, los recreos, cada comentario de ánimo, por la ayuda, por el servicio y el sentimiento de unión que habeis creado. Gracias por haber estado siempre ahí, día tras día, durante 13 largos años. Por las bromas, los abrazos, los saludos y las despedidas, por los fines de semana, las fiestas, los regalos, los trabajos, las llamadas, Gracias por los consejos. Por tenerme en cuenta, por acudir a mi cada vez que lo habeis necesitado, por acordaros de mi en fechas señaladas, por las bromas. Gracias por las cenas, comidas, desayunos, noches y mañanas juntos, en cada viaje, en cada quedada. Gracias por ser como sois, por haber estado siempre, en lo bueno y en lo malo, por no haber fallado nunca. Gracias por haber pasado por ese colegio. Por esa clase. Por haber sido vosotros, Por haber nacido en ese año, en ese lugar, por ser especiales. Gracias por haber sido siempre asi, cada uno a su manera y por hacerme ver que somos raros de cojones, que no hay ni uno normal, pero que como conjunto, sois envidiables. Gracias por hacer que tenga un recuerdo precioso de este tiempo, por el cariño. Nunca lo olvidaré, por muchos que pasen después y dejen un buen recuerdo, siempre sereis los primeros, los mejores, los que marcaron la diferencia. Mi infancia.

Then I will know for sure.

Aunque solo fuera de reojo. Una mirada, una sonrisa, un parpadeo, aunque fuera por casualidad. Quizás un gesto mal interpretado, una vuelta, un levantamiento de ceja. Puede que un simple movimiento para ponerse bien el flequillo me hubiese servido. Quién sabe. Tanto tiempo después, no hay manera de saber, no hay forma alguna posible de adivinar que hubiera pasado, que hubiese servido y que no. Ahora solo quedan esas típicas preguntas que siempre comienzan con un "¿Y si...? y un petérito perfecto compuesto del modo subjuntivo. Todos los verbos en presente simple de indicativo son con otra.
Es gracioso en realidad. Todo el curso haciendo chuletas de lengua, para ahora llegar a esto. Pues por mi, pasado perfecto, acción acabada.

lunes, 18 de junio de 2012

Even the sun set in Paradise.

Cada vez que ese hombre tocaba el bajo el mundo se acompasaba a sus dedos. El mero hecho de rozar con sus yemas los entrecruzados metales de la cuerda más grave provocaba una vibración que hacía que el mundo entero se calara esperando al siguiente movimiento, expectante. Había nacido para ser una estrella. La primera vez que cogió un bajo y lo tomó entre sus manos, pequeñas, inexpertas, lentas, el universo entero lo acogió y lo nombró nuevo director de la gran orquesta. Cuando él estaba mal, todo a su alrededor se detenía, dejando a medio lo que fuera que tenía entre manos para parar a escuchar la triste melodía que fabricaba. Cada ritmo, cada compás fuera de tiempo y cada nota trasteada hacía que su espíritu le empujara un poco más para perfeccionarla. Empujón a empujón hasta llegar al éxito. Cada salto que daba con un bajo entre sus brazos hacía que el mundo parara cada vez que él estaba en el aire, esperando para cogerle si la pierna le fallaba, para elevarlo cada vez más. Sus dedos recorrían las cuerdas de arriba a abajo como si estas formaran parte de su cuerpo, como si fueran una parte más de su anatomía, como si nadie mejor que él pudiera tocarlas, como si nadie mejor que él supiera como hacerlas funcionar bien. Cuando conectaba el cable al amplificador, la energía fluía por su piel, por cada célula de su piel y, cual superhéroe, todas sus acciones pasaban a ser sobrehumanas. Aunque, bien mirado, él nunca había sido normal. Sus ojos verdes marinos, su pelo rubio peinado de mil maneras, sus labios finos. No, él nunca había sido normal.

domingo, 17 de junio de 2012

Frases zalameras.

"Nadie podría hacerse una idea de lo difícil que estaba siendo para ti todo eso, ni siquiera él, porque era ahora cuando te dabas cuenta de que lo querías más de lo que pensabas"
"Y quererte un poco más? Joder, exagerar cualquier mierda de defecto y hundirlo en mierda no te va a ayudar. Además, yo no he dicho nada, lo has dicho tu solo, y lo peor es que sabes perfectamente que no quiero decir eso, que yo estaba perfectamente hasta que llego él y ala, fiesta, y que si yo hubiera podido elegir, no me habría colgado de nadie, porque estaba bien asi. Y sabes tambien perfectamente que si no me hubiera colgado de él, mi madre posiblemente no hubiera dicho nada, porque si lo dijo fue porque me vio subirme al coche demasiado feliz, y mirando por la ventana cada dos por tres para ver si tu primo me miraba aunque fuera de reojo."

¿Qué? ¿Te sorprende? No lo creo. Posiblemente, solo sean eso, frases zalameras.

sábado, 9 de junio de 2012

Trought the motions.

-Papá, cuéntame como fue- dijo mirándole con interés.
-¿Cómo fue qué, hijo?- Le respondió mirándole por encima de su periódico, sin apartar mucho la vista de su crucigrama.
-Ya sabes, la primera vez que te enamoraste- Su mirada se desvió hacia el suelo enmoquetado color madera.
-Bueno verás...- Cerró cuidadosamente el periódico, procurando que ninguna hoja se doblase, doblándolo y colocándolo en la mesilla de cristal que había al lado derecho del sillón sobre el que estaba; se quitó las gafas y las dejó encima del periódico y miró muy fijamente a su hijo- Tenía 16 años cuando creí por primera vez que estaba realmente enamorado. Iba al mismo curso que yo, y se paseaba siempre con una sonrisa de triunfadora en la cara, con su grupo de amigas. Era preciosa,- su mirada se iluminó y sonrió con nostalgia- su  su pelo era muy liso, como la paja, rubio y brillante, y sus ojos negros como el carbón, como la más grande oscuridad, eran capaces de atravesar hasta a hombre más duro. Vestía de forma provocativa, pero no lo suficiente como para que la insultaran por ello. Sabía exactamente hasta donde podía o debía enseñar. Su novio era de segundo de bachiller, repetidor, 19 años. Medía 1.90, le sacaba dos cabezas a ella, estaba fuerte, mucho, y tenía un aspecto un poco macarra que a ella le encantaba. Decía mucho la palabra "dabuti" que por aquella época era lo más -el hijo rió ante aquel comentario-
-¿En serio?- Preguntó.
-Completamente- soltó un risa breve- Y eso  a ella le encantaba, lo veía como un acto de modernismo enorme. Recuero como, a la salida, la entra y en los cambios de hora, iba a su pasillo para verla pasear y oirla reir. Como ya te he dicho, era preciosa.
-¿Que pasó con ella?- Se incorporó y cruzó sus piernas.
-Pues un día, mi mejor amigo por aquella época, Pablo, me aconsejó y logró hacerme lo suficientemente valiente como para hablar con ella. Y lo hice, vaya si lo hice. La esperé en un recreo y le hablé. Con la escusa de que necesitaba ayuda con el inglés, y para pedirle unos apuntes, le pedí si quería venir a casa una tarde. En ese momento se me paró el mundo. Yo ya había hecho mi parte, solo faltaba que me contestara, y esos segundos se me hicieron eternos. Hasta que sonrió con dulzura y dijo "Claro, ¿qué tal esta tarde a las seis?" justo entonces sonreí como un idiota, asentí, y me largué, corriendo, feliz. Todo iba según lo previsto, iba de camino a casa cuando su novio me paró y comenzó a darme una paliza brutal-él gesticulaba imitando los golpes que le atizó mientras su hijo le escuchaba asombrado, con cara de indignación-. Nunca supe por qué lo hizo exactamente, pero supongo que por celos. Solo se que esa tarde, nadie apareció en mi casa para ayudarme con el inglés. El día siguiente ni siquiera me miró, ni me sonrió, ni tampoco nos cruzamos en los pasillos. Ese día, a la hora de la salido se acercó a mi una chica de unos 14 años, de pelo rubio, bufado, en un intento de llevarlo liso fallido, con unos ojos verdes penetrates, expresivos. Sus labios eran finos, y hablaban con timidez. Llevaba algunos libros pegados al pecho, como una colegiala infantil, y antes de hablar, miró a ambos lados como para asegurarse de que nadie nos observaba. Entonces me miró y me contó que era su hermana, y que el novio de esta le había prohibido volverme a hablar o a ver.
-Por dios papá, parece el típico cuento de hadas de amor imposible- suspiró
-No hijo, no. Déjame continuar. Tuvo que repetírmelo un par de veces ya que no la escuchaba. Me quedé embobado mirando aquellos ojos, el temor de que el novio de su hermana la viera reflejado en ellos y me prometí que no dejaría que la tocase. No sabía muy bien como era ella, no la veía mucho, y casi siempre iba mirando al suelo, las pocas veces que la había visto. Pero era, si es que era posible, más bonita que su hermana. Sus rasgos eran menos perfectos, menos meticulosos, pero era como un ángel. Y justo cuando ese pensamiento me vino a la cabeza supe que era ella, y no su hermana. El tiempo pasó, y hablaba cada vez un poco más con ella, sin llegar a ser muy amigos. Me contaba ciertas cosas, sin llegar a darme del todo su opinión. Sin embargo, yo sabía todo lo que callaba, porque sus ojos me lo contaban- Mientras hablaba sus ojos se iluminaban cada vez más. Tras una larga pausa, continuó- ¿Sabes? Nunca supe realmente como era su pelo hasta que le gastaron una broma y acabó metida en la fuente del instituto empapada. Tuvo que cambiarse, pero su pelo acabó secándose al aire libre. Era rizado, y no liso bufado como siempre lo llevaba. Recuerdo que cuando le pregunté que por qué no se lo dejaba siempre asi, me contestó que quería ser como su hermana. Cuando la vi en un chandal viejo, con el pelo mojado y rizado, supe que la quería, y que estaba enamorado de ella.
-Vaya un plasta- Contestó riendo.
-Eh, tú me has preguntado, hijo- Dijo riendo. Seguidamente se levantó, dispuesto a seguir con sus crucigramas.
-Espera, espera, ¿Qué pasó?-
-Verás, el verano llegó, y los abuelos decidieron mudarse, por lo que me cambiaron de instituto. Y no volví a saber de ella. Hasta que en la universidad conocí a tu madre. He de reconocer que cuando la conocí, el sentimiento que tuve fue exactamente igual que el de la chica con ojos verdes. Pero esa vez, me dije a mi mismo que no podía dejarla escapar.

El hijo rió y se levantó, cogiendo su skate y marchándose, poniendose sus cascos y repitiéndose una y otra vez, que si ella le sonreía, el daría el primer paso.

lunes, 4 de junio de 2012

Lost and insecure.

La recordaba siempre como había sido. Siempre de esa forma, con poco amor propio, más carencias que otra cosa, más defectos que virtudes, más por disimular que por ser. Siempre asi. Más callada que habladora, y más habladora que callada, todo dependía. Siempre dependiendo. Sonriendo, y llorando, a veces ambas cosas a la vez. Liso o rizado, todo dependía, como siempre. Disimulando, escondiendo, queriendo estar más delgada, intentando parecerlo. Queriendo ser más guapa, siempre envidiando en silencio; mirándose un espejo, a sabiendas de que su reflejo no era lo que esperaba de sí misma. Aspirando a más, siempre un poco más. A veces llegando a veces no. Siempre a veces, casi siempre a medias. Exigiéndose siempre algo más, esperando, perfeccionando, nunca nada estaba perfecto ante sus ojos. Sus ojos, marrón chocolate, marrón coca-cola. Con chispa, como las burbujas, una mirada penetrante, expresiva. A veces, claro está. A veces completamente inexpresiva. Sus expresiones, a veces tan exageradas, a veces leves, imperceptibles. Su percepción del mundo le llevaba siempre a graves errores, grandes caídas y decepciones, por ser como era. "Cursi", solía decirse, romántica, apasionada, enamoradiza y tonta. Sí, le gustaban los vestidos, y bailar cuando nadie la miraba, con el pelo suelto, descontrolado. A veces rizado, a veces no. No se podrían decir grandes cosas de ella, pero tenía sus detalles, a veces buenos, a veces malos. No era grande, claro que no; era normal, del montón, no destacaba, pasaba desapercibida. Lo pasaba mal en silencio al ver como 'él' pasaba por delante suyo sin apenas mirarla, y agachaba la cabeza, para que nadie viera sus lágrimas, o para que nadie viera su sonrisa. Todo dependía, como siempre. Siempre solía decir siempre. Era extraño, como un cuento de hadas sin magia, como un cuento de disney sin moraleja, sin terminar, como si la hubieran esculpido en un marmol feo y áspero y además se hubieran quedado a medio. Así era, y no había más. Nunca hubo nada más excepto ella y ese mundo al que escapaba cuando todos creían que "simplemente escuchaba música". Nada excepto ella y sus recuerdos. Excepto ella y sus deseos.