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miércoles, 18 de septiembre de 2013

Como el sol

Retiro todo lo dicho hasta ahora de ti, el dolor ha sido la mejor lentilla para esta ciega. Te abrí lo mejor de mí, mis trucos, mis consejos, todos y cada uno de mis recursos para esta más guapa; y te dí lo mejor que tengo, palabras. Me entregué aunque doliera porque asi es como yo hago las cosas, pero aun venías a abrazarme y a acallar las lágrimas que tú habías provocado, supongo que para equilibrar la balanza. Podías ver como todo se volvía negro y no hiciste nada. Veías como me apagaba cada vez que abría los ojos, cada vez que obligaba a aquel viejo bolígrafo a escupir tinta hasta su muerte, y no hiciste nada. Me robaste todo lo que pudiste y más, mi identidad, mi toque. Pero solo yo soy yo, solo yo puedo ser yo para el mundo. ¿Y sabes qué? Hoy sé que ser yo no es ni mejor ni peor que ser tú, pero es suficiente porque para mí ser yo es lo mejor que me podría haber pasado. Te envidié durante mucho tiempo, pero ahora que veo quien soy, puedo decir orgullosa que no te debo nada. Cuando conozco a alguien ando con pies de plomo en silencio, aunque pueda parecer que voy con el arsenal pesado; pero cuando la confianza pasa a dominar mis pasos, empiezo a gritar en un silencio que solo mis amigos entienden. En ese momento se crea en mí una deuda eterna hacia ellos, el saber que haga lo que haga (incluso un asesinato), ellos estarán conmigo. Siempre. Pero tú has perdido el poder de comprender mis miradas, por eso puedo decir que mi deuda queda anulada. Me has hecho ser mejor, pero despertaste lo peor, tú siempre equilibrando la balanza.
Estaba dispuesta a enseñarte todo lo que sé, todo lo que estoy aprendiendo y hasta lo que desconozco; y tú me has cerrado el libro que estábamos escribiendo en las narices. Un día prometí una cosa que ya he cumplido, ya he deshecho nuestros lazos. La traición duele, pero la traición de un amigo te hunde en lo peor; pero siempre encuentro la manera de salir. Luchar sería una pérdida de fuerzas y de tiempo que no ne puedo permitir (este año voy a necesitar mucho de ambas cosas), y lo nuestro es una causa perdida, pero no esperes nada de mí. Contigo no mantendría ni la mejor de las guerras frías.

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