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viernes, 22 de julio de 2011

We are the young.


Después de mucho tiempo a la sombra, Buenos días.
Hoy ha amanecido como si el sol solo brillara para nosotros, como si todo estuviera a nuestro favor. Ese guiño de ojos del chico del Círculo de Lectores, encontrarme dos euros cuando he bajado a comprar el pan.
Y es que, tras mucho tiempo comiéndonos la cabeza, ¿No crees que ha llegado nuestro momento? Después de todo, somos jóvenes, no tenemos nada que perder. Pronto todo habrá pasado y vendrá lo gordo, ahora nada debería importarnos demasiado. Y es que en el fondo, disfrutar de cada detalle es lo que nos empuja a seguir, sentir cada movimiento como un paso de baile, cantar mientras hacemos las cosas del día a día, romper con la rutina, es lo que hace cada día único. Y este es nuestro momento. Es el momento de demostrar lo que valemos, que no somos una panda de maleducados, que sentimos cada nota y cada palabra, que cuando cantamos y bailamos lo damos todo, no son gestos de rudez, sino todo lo contrario, que el sentimiento que nos invade es superior al "Qué dirán"
Que nuestro estilo no es una forma de llamar la atención, sino de mostrarle al mundo lo que somos, y que no nos importa lo que la gente piense, somo así. Y que si nos gustan los colores, nos tintamos el pelo color arco iris. Y que no somos una masa de gente todas iguales, al revés, somos mucha gente diferente, unidas por un mismo sentimiento. Y si nos gusta el Rock'n Roll, bailaremos hasta que los pies no nos respondan. Pintar nuestros labios con colores llamativos, hacernos millones de tatuajes y piercings... Es porque nos gusta. Parece mentira que aun no hayáis aprendido que cuantas más cosas nos prohibáis, más rebeldes seremos. Que lo prohibido solo incita más a la tentación. Y que cuantas mas ataduras no pongáis, más fuerte aullaremos con ganas de libertad.
Y sí, si como chocolate es porque me gusta, y si mi mejor amiga está delgada, es porque se siente agusto, y no por ninguna estúpida moda.
Y por último, que si escribo cada cosa que se me pasa por la cabeza, o cada sentimiento que me ronda, no es para que me alaguen por ello, sino para compartir mi manera de ver las cosas.

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