.

.

viernes, 5 de abril de 2013

Stand.

A veces caerse es el primer paso para levantarse. Todo el mundo dice que "es más fuerte el que se cae y se levanta que aquel que nunca se cae". Bla, bla, bla. Quiero decir, si no te caes, no te puedes levantar. Estoy harta de escuchar tópicos y frases hechas; frases con una estructura, un contexto, un tono, una expresión y un resultado.
"Levanta la cabeza princesa, que se te cae la corona"
"Sé más fuerte que aquellos que te critican, tú vales más"
"Déjame demostrarte que puedes ser mi reina, más que una princesa"
Que yo no soy una princesa. Vale, lo reconozco, me gusta la idea de que alguien me llame así, pero soy del populacho, del pueblo llano, de los estudiantes, joder. No llevo corona. Ni siquiera una triste diadema. ¿Para qué? Eso no va a servir para que los rizos no se me metan en la cara; no, contra eso la única solución válida es una coleta. Un moño quizás. Y andando, no hay más vuelta de hoja, no le busques más. Es que no lo entiendo, lo siento, puede que esa sea una de las razones por las que no estoy en investigación, pero mi mente no me da para más. Bajemos de las nubes, solo un momento. Dejemos al sol con sus locuras, a la luna con sus paranoias y a las estrellas con su egocentrismo. Nadie puede ser fuerte si no tiene la posibilidad de serlo. No se puede ser valiente si no se tiene miedo. Y no te puedes levantar si no te caes.
A veces una buena hostia es lo único capaz de hacer que abras los ojos, te levantes y hagas que el suelo vibre a cada paso que das.

No hay comentarios:

Publicar un comentario