.

.

jueves, 4 de abril de 2013

¿Sabes qué? Tengo miedo. Y es todo por la puta inseguridad. Siempre está ahí, ahogando mis ganas en mis silencios, ocultando mis sonrisas, todas ellas. Siempre está ahí para acallar mis ganas y recordarme quién soy de verdad. Siempre para recordarme que no hay "rojo puta" que valga, que aunque lo cambiara todo de mí, nunca podré ser como ellas. Esa inseguridad siempre ha estado ahí para no dejarme subir alto, para obligarme a mirar hacia abajo y a crear un mar, dos, tres, un océano de lágrimas, disolviendo en cada una de ellas todos mis defectos. Pero ¿y ahora qué? Ahora ha ido todo más allá. Ahora ha llegado el momento de que me ponga en pié y recoja todas las pequeñas partes de mi rota armadura. Ha llegado el momento de que rompa esta maldita coraza, me ponga un casco, agarre con fuerza un yelmo y un escudo y desenvaine mi espada. ¿Y sabes por qué? Porque sólo con un beso puedo hacerte sentir más que ella con un polvo. Porque puedo hacer que te vuelvas loco sólo con negarte la mirada, con el tacto de mi piel, el olor de mi pelo, el cosquilleo de mis uñas; porque me veo capaz. Porque ha llegado el momento de vencer la batalla de mi vida, esa que siempre he tenido pendiente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario