.

.

domingo, 14 de abril de 2013

Morir, sin mas, pues nadie me ha venido a despertar.

"Aceptamos el amor que creemos merecer" Por eso no estamos a dispuestos a sentir lo que creemos que nadie sentirá nunca por nosotros. Nos obligamos a olvidar, a veces hasta nos obligamos a engañarnos, porque es lo que creemos correcto. Nos negamos a sentir por otras personas lo que nos gustaría que sintieran por nosotros porque en el fondo sabemos que nunca nadie lo hará.

Por eso dejamos que pase el tiempo, confiando en que nuestras aspiraciones cambien con los años igual que cambian las estaciones; aun sabiendo que todo seguirá igual, de la misma forma que el sol sale todas las mañanas por el mismo sitio.

Confiando en que nuestros sueños trepen por la pared como la hiedra, cerramos los ojos y hacemos que estamos ciegos, que es lo que mejor se nos da. Y jugamos a ser hipócritas. Jugamos a jugar con los otros, porque nos obligamos a creer que solo jugamos, que nada es real. Porque creemos que no lo merecemos. Y no lo aceptamos. Por eso jugamos, para intentar creer que lo que nos sucede es una mentira, que podremos volver a la realidad cuando queramos. Pero somos mayores, y los mayores no juegan como los niños.

Sembramos nuestras esperanzas en la tierra fértil de nuestra imaginación, obligándonos a creer que estas crecerán solas.


Despertad, imbéciles. Aceptamos todo lo que creemos merecer y siempre encontramos la manera educada de rechazar lo que creemos no merecer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario