.

.

sábado, 4 de julio de 2015

Y sonreía con los ojos

En esos momentos eternos en los que se tapa la boca para que nadie viera que lloraba sin echar ni una lágrima, que se le escapaban las emociones por los costados y que a veces el no poder hacer nada le quitaba el sueño. Oí una vez que se torturaba, que había momentos en los que lloraba tanto antes de dormir que no se diferenciaba el límite; que toda ella estaba hecha y recubierta de papel para que empapara todo lo que mostraba. Otra vez oí que era como el mar, que era valiente e indomable, que solo el viento le doblaba la espalda; pero luego supe que a veces se secaba, y se apagaba hasta no brillar nada, y que era ahí donde se volvía humana. Alguna que otra vez la vi, la vi de verdad y sin máscaras, sin tapaderas de apariencias, la vi de verdad y pensé que esa imagen decía mas que todas las palabras que escribe, porque en el fondo las palabras no son mas que una huída. Comprendí que son los ojos los que  hablan, y que a veces miran tan fuerte que no se callan, y atosigan y atormentan como lo harían las peores palabras.
Todo ello lo aprendí con la mujer que sonreía con los ojos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario