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sábado, 11 de julio de 2015

Trenes que parecen infinitos.

Los excesos algún día estarán de más, y estará de menos todo lo que ahora parece normal. Llegará un día en el que las palabras que sean dichas se harán eternas e insufribles, y se perderán en los dedos de algún poeta atrapado en algún abril desnudado por Sabina. 
Algún día la rutina se hará pedazos en las teclas de alguna máquina de escribir, y se secará la tinta como se seca lo que no se cuida. Y es que cuidar es valorar, cuidar es preocuparse, y algún día la vida dejará de ser una preocupación; entonces viviremos, entonces estaremos vivos. 
Algún día las preocupaciones estarán de más, y las soluciones a los problemas que no sabemos ver pasarán, pasarán como pasó agosto cuando estaba planeado como infinito. Los números se mezclarán y harán de lo lejano un concepto real, harán de las funciones metas líneas y desnudarán la estadística; algún día ni siquiera la química podrá salvarnos. 
Algún día los cambios estarán de más, y amanecerá un par de horas mas temprano solo para que las malgastemos mirándonos al espejo, dando gracias por ser como somos; algún día el amor propio será una realidad y quemaremos todos los cuentos de hadas. Algún día nos querremos; tú a ti y yo a mí, más que a nada, y me querré tanto como para estallar. Algún día dejaremos de luchar, hasta que creamos que ya no es necesario un cambio, y veremos que hasta ese día, todos los asaltos habían estado siempre de más.
Algún día, el mundo en el que vivimos se nos quedará obsoleto, y pasaremos de avanzar como avestruces, escondiendo bajo tierra la cabeza ante las amenazas, a hacerlo como tigres, siendo la amenaza en sí.

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