.

.

jueves, 15 de agosto de 2013

A thousand 'tears'

A veces hay que deshacer lo andado, no para arreglar aquello en lo que fallamos, sino para volver a equivocarnos y recordar las razones que nos hacen ser quienes hoy somos. A veces mirar atrás y respirar es la única manera de poder mirar hacia adelante sin ningún miedo.
Me ha inspirado a escribir tantas cosas que ya ni siquiera me acuerdo de cuando empezó todo; por eso esta tarde he decidido repasar todo lo relevante en mi vida para descubrir cuando empiezo a incluirlo. Ahora lo único que tengo son cien preguntas más y tres respuestas menos. Confusión en su máximo estado. El cuando ha dejado de importarme, ¿cómo empezó todo? Recuerdo que escribí lo orgullosa que estaba de haber olvidado ciertas cosas, recuerdo haber descrito aquella otra boca. El color rojo, los amaneceres y las olas. Recuerdo como plasmé la desesperación, el dolor y la sensación de saber que me estaban mintiendo. Si me concentro aún siento la rabia que sentí al pensar que se reía de mí, que me tomaba por una niñata imbecil, por otro de sus premios. Recuerdo la superación y las fuerzas, y todos los textos que eso conllevó consigo. Recuerdo los textos hablando sobre mí misma, todas mis charlas con la soledad. Recuerdo también todo lo que he escrito por mis amigas cuando me sentía impotente por no poder quitarles ese dolor que las mataba para que me matara a mi; cuando era una persona tan importante para ellas la que las hacía llorar que ni mis mejores textos conseguían eliminar por completo sus lágtimas. Recuerdo haber escrito que tenía miedo de tener miedo y no poder ser valiente, y recuerdo como escribí sobre la necesidad y la obligación de reunir fuerzas y vencer todo lo que tenía encima. Recuerdo haber escrito sobre un tango y violines; y no un tango cualquiera, EL tango. Escribí sorbre el arte de las palabras y la necesidad de escribir, sobre la música y sobre los juegos de las miradas. Recuerdo haber sacado todo lo que llevo dentro y haberlo guardado para que nadie más pudiera leerlo por miedo a que alguien llegara a conocerme realmente; recuerdo haber tenido miedo de mostrarme débil. Recuerdo haber escrito quien soy y quien quiero ser. Recuerdo hasta haber escrito sobre los recuerdoa y las promesas.
Pero a pesar de todos los recuerdos no consigo situar ese primer texto que respondería a mi pregunta. Todos mis sentimientos (por raros o retorcidos que pudieran llegar a ser) se mezclan entre palabras con más poder que la mano que las ha escrito y se camuflan entre el resto de recuerdos. Necesito encontrar el momento y ver que tuvo de diferente ese día o esa semana. Necesito ver como caí para ver si así puedo levantarme de una vez por todas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario