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miércoles, 18 de abril de 2012

Hay que dejarse la piel.

Ella estaba en su sofa. Haciendo lo de todos los días. Pero ese día era un poco más fuerte. Puede que esa noche, o al día siguiente se sintiera otra vez como una mierda, pero ese día era un poco más fuerte. Un comentario. Fue a responderlo y lo vió, ahí, en "Mis amigos". Pinchó en su perfil y comenzó a ver otra vez todas y cada una de las fotos que ya se sabía de memoria. Comenzó a cogerse un mechón de pelo y a jugar con él casi inconscientemente, a la vez que sonreía como una idiota. Le quería, y mucho, y prefería quedarse con lo bueno. Prefería quedarse con todo lo que le gustaba de él, y todo lo que habían pasado. Todo el tiempo de antes de que él metiera la pata hasta el fondo. Se le escapó un largo suspiro y pensó que, ese día, ella era mejor que él, mejor que sus lágrimas, y que nadie la haría llorar. Le dió a inicio, convencida de que por ese día, ya se había torturad bastante, y que no le haría más visitas. Al menos ese día no.

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