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miércoles, 27 de mayo de 2015

Dejamos atrás todos los cuestionarios que nunca sabíamos responder porque ni siquiera llegamos a entender las preguntas. La culpa era siempre mía, pero eso no cabe en un equipo, no es concebible en este plano de posibles que hemos creado. 
¿A quién le pides todo lo que le pides? Tú, que no crees en nada, esa mente atea de fe alguna, vacía de creencias. Niegas a dios, a todos los dios, al karma, al destino y a todas las súper existencias supremas. Todas las casualidades parecen hechas para ti, todos los momentos juegan en tu contra en un gran juego que siempre va a tu favor. Las situaciones, las circunstancias, ¿qué pretendes desafiándolo todo? Tú, que no crees en nada, que no dices nada, que haces no sentir nada. 
Tú suplicas a la nada, yo no le escribo a nadie. No seré jueza de nadie, jamás, pero si identificas tus ideas con mis cortos no es del todo culpa mía; no todas las armaduras protegen del fuego, y lo verás todo arder.

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