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miércoles, 20 de mayo de 2015

Camina y ven

Vienen días difíciles, días de aguante y de sueño; bueno si, y también días de eso otro. Prepárate pequeña, llega el momento de nadar en las aguas mas negras de todo el Atlántico, y no te pierdas en geografías intrínsecas, tú y yo vamos a inventar una nueva ruta a las Indias -y quién sabe, puede que descubramos América-.
Tu ve empezando a caminar, yo te sigo siempre a un par de metros, sé qué harás, así que respira tranquila, yo puedo protegerte y velar tu sueño por las noches; eres reflejo más nítido que el que podría ofrecer cualquier espejo.
Rasga, rasga hasta cavar debajo de la piel, y solo entonces avísame, necesito ver mientras si queda algo de ti en mi lejanía. Eres joven, no tengas nada que temer, échate a nadar, prometo que no te ahogarás aunque te canses, tienes unos brazos y unas piernas fuertes que te permitirán luchar contra viento y marea. Sé que puedes reprocharme que yo te siga en barco, pero entiende que yo soy tu supervisora, soy solo tu conciencia. Yo me encargo de que sigas, no importa si del derecho o del revés, no importa si bien o mal, solo puedo asegurarme de que sigas, a secas.
Así que lánzate sin pensarlo dos veces, porque yo ya estuve ahí y llegué a ver tierra, llegué a ver la orilla y llegué a tumbarme sintiéndome eterna.

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