.

.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Despedida indefinida de un "hasta siempre"

Limitada por la nostalgia y paralizada por los calambres.
"Cuando todo empezó creía que podría ser espuma de las olas y fluir. Estaba segura, la verdad. Cuando las palmeras se agitaban y se tambaleaban sabía que no volcarían. Habría apostado todos mis escalofríos y las cosquillas a que nunca iban a quebrar, a que después del caos iba a amanecer. Del sólido recuerdo grabado con llamas rojas"
No pienses que no voy lo a echar de menos, siempre voy a recordarte con los ojos de quien un día te admiró, de quién apostó todo por ti y se arruinó. Seguiré estando ahí si necesitas que alguien te salve la vida y en caso de máxima urgencia, pero no volveré a ser 'tan yo'. No volveré a prometerte un "hasta luego" porque no hay más. Perdóname, te pido sinceras disculpas por abandonar cuando te prometí aguantar, pero esa palabra me está matando y parece que disfrutas. No es un adios, ni un reproche, es una súplica. Seré breve, no te impacientes que ya me voy. Me quedé, me quedé a pesar de todo y lo hice porque quise, y no porque te lo debiera ni porque eso fuera lo correcto. Podría mentirte y decirte que espero que sufras y que lo pases mal, que espero que pierdas a alguien y tu cabeza no pueda más, pero lo único que haría sería engañarte y, aun peor, engañarme a mí.
Parece que lo ves como algo fácil; quiero pensar que también para ti es difícil pero que tú eres más fuerte. ¿Cómo puedes dejar hasta de mirarme? ¿Cómo te has rendido tan pronto? ¿Cómo has dejado que esto pase? Ahora todo está claro. Parece que lo estabas deseando, pero prefiero pensae que no es así. Personificaste la confianza, te abriste paso a codazos y llegaste hasta el final, lograste que yo acudiera a ti. ¿Qué vas a hacer con los recuerdos? ¿Te los vas a fumar, tal y como dice la gente moderna o qué? He jugado mucho tiempo, me volví ludópata de ti y arriesgué demasiado. Ni te imaginas lo que he llorado, lo difícil que ha sido para mí el seguir caminando y cambiar de manera de verte solo porque no me compensaba perderte. Nunca te harás una idea de lo mucho que me has enseñado; pero hasta aquí he llegado contigo. Me da igual lo que pienses de mí, tengo la conciencia tranquila. Me encantaría poder decir que te odio pero creo que no llegaré a eso; no me importa si te estoy decepcionando o si hay algo que admiras de mí, por mí puedes tacharme como enemiga pública. ¿Cuántas cosas has camuflado por no tener el valor de enfrentarte a mí? Puedes callártelas para siempre, no quiero oirlas. Puedes gritarlas al amanecer, que puedo asegurarte que no las escucharé. No volveré a aprender de tí, te cierro mi alma. Te cierro mis recursos, mis palabras y te cierro mis consejos.  El alma me pide tregua, me pide aire, me voy a respirar. Disfruta del placer de haber logrado lo que tanto te ha costado.
Un cordial saludo, nos veremos en la cumbre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario