.

.

lunes, 13 de abril de 2015

-¿Paz?
-Paz, si tú lo prometes.
-Claro que lo prometo, sabes que no te negaría nada.
-Excepto minutos de descanso.
-No sé de qué hablas.
-Claro que lo sabes, yo no existo sin ti y tú me dejas vivir a mi manera. Creo que cuando alguien te ataca, en general, siempre espera que de una u otra manera las balas te esquiven; pero cuando no lo hacen entonces sale el espíritu pacificador y se arrepiente, aunque ya estés muerto, aunque sea tarde. Bien, tú me disparas cada vez que no puedes dormir, a cambio yo te torturo quitándote el sueño, parece justo, ¿no crees?
-No, no es justo.
-Bien, ¿y qué es justo para ti entonces? Somos un pack, si tú atacas yo disparo, y si van contra ti soy yo quien de desangra mientras tú te encargas de mantenerlo todo correcto ahí fuera. Y está bien, pero créeme que no sirve de nada firmar la paz cuando somos el enemigo en uno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario