.

.

jueves, 10 de octubre de 2013

Ahora es cálido y suave.
-¿Cómo vas a demostrarlo?
-De la única manera que sé; escribiéndolo.
Empieza por la punta de los dedos de los pies y comienzo a notar el calentor; los cosquilleos en los gemelos y en los muslos son algo normal si tenemos en cuenta la naturaleza de la causa. La cintura, la barriga y el pecho; despacio, demasiado calor, pero placentero. Y por último, me rodea el cuello como una cuerda y tira fuerte; ahí es cuando recuerdo que el dolor no es bueno. Me ha cubierto entera en apenas un minuto, y ya no me duele, solo me arropa. No me reconforta, pero las lágrimas ya no son amargas.
-Aquí un whisky con hielo.
-Yo igual, pero sin el whisky y con coca cola.
-Estúpido desnatado.
-Quema.
-Calienta.
-Pero duele
-Solo el primer trago. Lento te matará, y de uno solo morirás entre lágrimas; te ahogarás.
-Aun estoy experimentando
-Volverás al whisky como las cigüeñas en verano. Y yo seguiré en la barra para decirte que ya te lo dije.
-No te daré ese placer...
-Lo harás, y aunque yo no esté para hablar, mi voz surcará los caminos de los legados que dejen tus disparatadas ideas sobre mundos cuadrados. Volverás al lugar de partida solo para ver la carrera desde otra perspectiva y ganar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario