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miércoles, 12 de noviembre de 2014

Capitulo tropecientos; Julie, otra vez

"Y así, poco a poco y sin quererlo, se convirtieron el uno en el mejor amigo del otro. Hay quien dijo que eran como novios; y ciertamente eran novios sin derecho a roce, porque a veces el pecado no va de la mano de la piel. Se convirtieron en mutuos confesores, pecadores compulsivos que piden penitencia una y otra vez, y poco a poco se acumularon los momentos. Las malas lenguas dijeron que acabarían equivocándose, pero cuando la amistad es pura no hace falta más. Muchos fueron los que afirmaron una y mil veces que entre ellos siempre hubo algo más, pero cuando ella lo miraba y se reía era otra cosa lo que escondían sus ojos; era picardía, sí, pero consecuencia de la complicidad que se había creado a raíz de los secretos que compartían. Ella hablaba poco, él pensaba demasiado; ella callaba lo que pensaba, él le leía la mente. Y funcionaba, vaya si funcionaba, que a Julie nunca le importó que el mundo entero dijera que estaba enamorada de Pette, porque con el tiempo se había convertido en su mejor amigo y nunca nadie entendería la conexión que había entre ambos cuando él le abría su alma y le contaba todo lo que ni se atrevía a decirse a sí mismo"

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