.

.

sábado, 17 de marzo de 2012

Objetivo conseguido.

Ya no solo has logrado que te odie, has logrado también que me odie a mi misma por quererte tanto. No se si "querer" es la apalabra o no, solo sé que me odio a mi misma por seguir tan colgada de ti después de todo. Me odio por haberte perdonado, por haber muerto lentamente cuando me has mirado, por comerme la cabeza desde que nos cruzamos la semana pasada. Me odio por no poder autoconvencerme, por tener que reconocer que me gustas tanto como el primer día, o incluso más. Te odio por ser como eres. Por tener esos ojos, que me pueden, por tener un lunar el la comisura izquierda encima del labio, y otro debajo, por ser asi de machista solo por picarme, por tu sonrisa. Te odio por tener esa voz, esa forma de hablarme, esa forma de caminar, por contarme tus cosas, por cada "te quiero" que me has dicho. Te odio por hacer que cada conversación contigo sea inolvidable, por hacerme sonreir. Y por hacerme llorar. Por llegar sin que nadie te llame, conquistarme con un pestañeo y desordenar todas mis ideas y preferencias. Pero si yo estaba perfectamente bien antes de que aparecieras, no me iba mal. Y por un lado, desearía que nada hubiera pasado, pero por otro, es algo demasiado grande para olvidar en un par de semanas.
Te odio por hacerme imprebisible. Te odio por no poder mirarte a los ojos sin romper a llorar, por el comentario menos adecuado en el momento menos adecuado, y por tu sonrisa de después. Te odio porque justo después de decirte adios, tenga que romper a llorar porque no me tengo en pie. No me preguntes si te he perdonado, o si te perdonaré algún día porque ya sabes la respuesta.
 "Estoy bien, perfecta, simplemente yo soy así, seria"
Mentira.
Mentira, Mentira, Mentira. Mentira todo.
Mentira que esté bien, estoy peor que nunca, con la única esperanza de esperar a que desaparezcas de mi cabeza.
Mentira que esté perfecta, por tu culpa se me ha corrido el maquillaje. Por hacerme llorar.
Mentira que yo sea seria. Venga ya, si estoy todo el día sonriendo. Tengo la gracia en el culo, pero me paso todo el día haciendo chistes malos, intentando ver el lado positivo. Nunca me verás seria, o triste, o casi nunca. Plof, magia, ahora lloro. Bien por ti.
Y ya no sé lo que quiero. No sé si quiero saber si tienes novia o no, porque saber que la tienes sería como una patada en el estómago. Y saber que no la tienes sería como si me enseñaran un cielo azul, el más intenso, pero me cortaran las alas. Pues nada, creo que un "gracias" estaría bien. Me voy a llorar, que es lo que me queda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario