.

.

sábado, 24 de octubre de 2015

Qué mundo

Quiero que mantengas la calma, que sigas en ese estado de quietud en el que te mueves, porque tú,  al fin y al cabo, no puedes hacer nada. Quiero que respires hondo -no importa si yo me ahogo- porque no puedes hacer nada.
En mi defensa diré que yo no suelo llorar, pero no podía más; sentís como era un 95% líquida, y toda yo soy un caos hipertónico.
Habría acabado estallando.
Supongo
Imagino
que ese es el problema.
Esa es la cuestión y todo nace del mismo punto, pero puedo asegurarte que nada de esto tiene que ver contigo ni con ninguna de tus manías -un poco tontas a veces, si me permites-. No creo que necesite defenderme, así que, que no me bailen lss excusas, porque no me escondo. No diré que tuviera motivos, solo dejaré constancia de que yo no lloro, solo se dan fenómenos en los que las pslabras se me aturuyan y se mezclan y al final no sé qué decir; y no saber cómo expresarme es la tristeza hecha una realidad no amorfa.
Supongo que todo deriva de la polaridad, com siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario