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jueves, 15 de octubre de 2015

Puede que llegue un día en el cual el acoplo de tus sueños te parezca irreal, y esa conexión te resulte tan lógica que la cordura te parezca de repente un concepto estúpido. Puede que en ese día dejes, de un momento a otro, de entender la locura, las respuestas que se dan porque sí y el fin del universo de la sinonimia.
Puede que ames los contrarios.
Puede que, entre un sístole y su fiel diástole, creas que estas soñando y no puedas despertar; mas seguirás siendo quien eres ahora, y tu mente en nada habrá cambiado.
Puede que el mundo que conoces te parezca extraño y te surjan tantas preguntas que la única importante pase a ser ¿"cómo no lo había pensado antes?". Cuestionarás todo, y la duda pasará a ser tu único dogma, tu única creencia.  No habrá dios que te revele verdad alguna ni habrá palabra capaz de hacerte sentir que lo que vives es real; pero seguirás siendo quien eres ahora y tu mente en nada habrá cambiado.
Cuando no sientas la oiel, cuando toda distancia sea poca y te parezca que esa normalidad te revubre y te envuelve, verás que más allá de todo, tus uñas arañan cristal, y harás trizas el viento con tu piel de melón. Y que dejen el marfil para los elefantes 🐘

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