.

.

domingo, 20 de septiembre de 2015

No imagino a dos que pudieran combinar peor de lo que podríamos hacerlo tú y yo. Jamás habríamos podido estar juntos, porque nos habríamos acabado matando. Yo me quiero en mi orgullo, y tu te quieres, y eso está bien, pero yo me quiero tanto que ni queriendote habría podido quererte como tú quieres, y no quiero pensar lo que pasaría viceversa. Nuestro problema es que los dos somos fuego, y nuestra vida sería un incendio luchando por avivar el hielo; habríamos acabado quemando todo lo que hubiéramos podido llegar a sentir. Tu exiges , y creas, y renaces; y yo no sé obedecer, ni dejarme, ni morir por nadie más que por una persona, y esa ya tienen un nombre. Jamás habríamos congeniado de una manera diferente a la que lo hacemos ahora, porque nuestra magia se basa en que no hay doble fondo; nos comportamos como magos que, más que subirse las mangas, se quitan la camisa y enseñan el pecho, y se abren las venss entre su público buscando la máxima verdad . Supongo que tú y yo nos entendemos porque tenemos unos principios sumamente parecidos y diferentes a la vez, lo cual habría sido un impedimento en el día a día que es el "toma y daca" de una relación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario