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domingo, 23 de marzo de 2014

Sin color y sin sentido, sin muertos y sin heridos.

De carne a azul, de cielo paso a hierba y después, si me queda sangre, entonces llego al rojo. Paso por el sol, por los nubarrones y por el arco iris entero, pero vaya, que me sonrojo.

Las palabras que se llenan las he dicho sin hablar, y sin hablar me he quedado cuando quería gritar.

Me he dejado por el camino la vergüenza y los colores como quien se deja la vida o un bolso, y sin querer, al final me sonrojo.

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