.

.

martes, 8 de marzo de 2016

A ver cómo te lo explico. Me pone muy nerviosa que me miren a los ojos, y puedo que lo haya dicho antes, pero a ti, exclusivamente por ser tu, te dejaría mirarme todo el tiempo del mundo y sin la necesidad de nada más porque tú, tú exclusivamente, supiste verme aquella mañana. Supiste mirarme y arriesgar, y apostar por mi, y eso no ocurre normalmente; no podía dejar que perdieras. A ti, que me miraste las manos antes que la cintura, y los ojos antes que los labios, y no apartaste la mirada hasta el último milisegundo, cuando yo ya iba a rendirme y a cerrarlos. A ti, que bailaste con todas tus ganas y las mías te dejaría mirarme a los ojos y decirte así que tengo ganas, porque así es como se entiende la gente. 
A ti te diría que esto no es poesía, que la verdadera poesía es mirar como tú me miraste aquel día y decirme todo lo que me dijiste, porque después de eso no hay abismo que se escape.

No hay comentarios:

Publicar un comentario