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lunes, 8 de julio de 2013

"¡La geología no es una ciencia!"

Temen a lo que les hace daño sin tener ni idea de que las lágrimas derramadas bajan de una forma suicida hasta llegar a algún punto perdido entre sus pestañas y sus bocas. Sienten miedo por el miedo, y eso es lo más valiente que pueden hacer, porque solo los idiotas ni sienten nunca miedo por nada. Juegan con sus almas como si fueran piedras. Cuando eran pequeños, una piedra podía ser lo que ellos quisieran, desde una pelota hasta una joya o un tesoro. Ahora esa piedra solo puede cambiar por el efecto de las presiones (tanto sociales como de fluídos o de contacto) y sufrir un metamorfismo; por la erosión (de factores externos, como los atmosféricos, o internos, graves como sus conciencias) y sufrir una meteorización; o por el calor de una fuente cercana, sufriendo un magmatismo.
-Puede que al fin y al cabo la geología sí sea una ciencia amiga-
Caminan sin guión, y rotan sobre sí mismos persiguiendo sus sombras por miedo a que sean una amenaza. No son conscientes de que esas sombras son solo el reflejo de lo que han vivido y que no pueden luchar contra lo sedimentado. Jugaron en el pasado como niños, siendo niños y pensando como niños. Sus mentes eran el blanco de todos los dardos envenenados con los prejuicios y ahora, mientras algunos han sido cazados y tienen miedo de escapar y ser pillados, otros son cazadores que tienen miedo de ser traicionados por los de su misma condición.


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