¿A quién le pides todo lo que le pides? Tú, que no crees en nada, esa mente atea de fe alguna, vacía de creencias. Niegas a dios, a todos los dios, al karma, al destino y a todas las súper existencias supremas. Todas las casualidades parecen hechas para ti, todos los momentos juegan en tu contra en un gran juego que siempre va a tu favor. Las situaciones, las circunstancias, ¿qué pretendes desafiándolo todo? Tú, que no crees en nada, que no dices nada, que haces no sentir nada.
Tú suplicas a la nada, yo no le escribo a nadie. No seré jueza de nadie, jamás, pero si identificas tus ideas con mis cortos no es del todo culpa mía; no todas las armaduras protegen del fuego, y lo verás todo arder.
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