Por una vez sentirlo, amplificarlo, magnificarlo, extenderlo, y decirlo de verdad. Por una vez transparente.
Por una vez no mentir, no exagerarlo, no adelantarlo (ni retrasarlo), no dejar que sea falso.
Por una vez dejar que nos llene y nos inunde la boca. Permitir que llegue a su ritmo verdadero y que nos queme con su intensidad.
Por una vez necesitarlo, pero por una vez saber esperarlo. Por una sola vez entender que comprimir el fuego es obtener hielo, y siempre preferimos el calor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario