De carne a azul, de cielo paso a hierba y después, si me queda sangre, entonces llego al rojo. Paso por el sol, por los nubarrones y por el arco iris entero, pero vaya, que me sonrojo.
Las palabras que se llenan las he dicho sin hablar, y sin hablar me he quedado cuando quería gritar.
Me he dejado por el camino la vergüenza y los colores como quien se deja la vida o un bolso, y sin querer, al final me sonrojo.
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