Querido viejo amigo, no pienses nunca que te abandono. Después de tantos besos de tres, tantas sonrisas ideales en fotos y de tantas huellas en papel, siempre serás parte de mi identidad. Ahora mismo, siento que intentan secuestrate, pero despues de dos años conmigo, eres solamente mío; pagaré cualquier rescate.
Viejo amigo, tú eres grande entre los grandes, gigante entre los molinos, y nunca ninguno podrá eclipsarte, pero he decidido guardarte como mi arma secreta, solo para las batallas importantes. Como una buena estratega he pensado que si siempre luchamos juntos no venceremos a enemigos mayores (y créeme que en los tiempos que corren tenemos muchos), asi que deja que intenten usarte, que fracasen y se vuelvan locos intentanto dominarte, el arte del rojo.
Mientras, yo esperaré sentada a que vengan, y solo entonces tú y yo ganaremos.
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viernes, 1 de noviembre de 2013
"Soy rojo en una versión lasciva del color"
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