Como un susurro, rápido y caliente, las sílabas más amargas son pronunciadas dejando un rastro dulce. Se relamerá los labios cuando acabe la frase y sonreirá como si nada. Su mirada será enigmática, y solo si la conoces bien podrás ver lo que esconde de verdad. Solo si la has visto llorar hasta reir y reir hasta llorar podrás descifrar que hay detrás de esa sonrisa eternamente imperfecta; porque nunca podrás saber qué piensa.
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