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miércoles, 10 de abril de 2013
Vaya una desmesura
Sus labios, la curva perfecta, la mejor perdición que nadie pueda imaginar. Correr, sin posibilidad de freno, sin preocupaciones por el después, sin ningún tipo de seguridad de su saldrás vivo de esta. Llegar a ese infierno que son sus labios, a esa curva mortal y perderte, dejarte llevar por la aceleración centrípeta, dejarte arrastrar hacia el centro de la curva. Y llegar al Everest de su boca. Llegar a ese pico que se forma en el lugar donde más se luce una sonrisa. Mirar sus ojos desde ahí y no querer bajar jamás. Pero aún así, bajar; bajar y llegar al punto donde nace la risa, donde se conciben las carcajadas. Sus labios, la curva perfecta, capaz de matar a cualquier persona que se atreva a acercarse lo suficiente a ellos; como el sol.
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